Descubre nuestra sala de catas de café
Este espacio está diseñado para “extraer al máximo" la experiencia y el placer en la realización de catas de café y té, su interactividad, acompañada de sus “secretos ocultos”, hacen de la cata una sensación inolvidable.
La cata del café
El café es una bebida compleja capaz de contener más de 800 aromas.
Es posible aprender a distinguir aromas y sabores, encontrar diferencias, disfrutar la variedad de orígenes, tuestes y formas de elaboración.
A medida que practicamos, ampliamos la esfera perceptiva y sensorial, se aprecian puntos más sutiles y se descubren componentes y orígenes.
Conocer y distinguir las virtudes y defectos de un café está al alcance de cualquier persona con mente abierta y sentido de la curiosidad.
En la cata vamos a descubrir las características propias de cada grano, a través de la comparación y valorando algunos puntos específicos que nos servirán de guía: el aroma, la acidez, el cuerpo, el sabor y retro-gusto o post-gusto.
Aroma
Un buen bebedor de café, al igual que un catador de vinos, antes de mojar los labios en el café, aspira su aroma. El aroma nos anticipa el sabor del café. Lo que saboreamos está determinado por lo que olemos. Con el olfato, el paladar gana en variedad y matices.
Acidez
La acidez es una característica deseable en el café, que no debe ser confundida con lo agrio o amargo. Es la propiedad vivificante y limpiadora del paladar. Se experimenta en la sequedad que el líquido produce en los bordes de la lengua y en la parte de atrás del paladar, y le da a su sabor cualidades marcadas, vibrantes e individuales. Sin suficiente acidez, el café tiende a ser plano.
Cuerpo
El cuerpo se refiere a la consistencia y permanencia del café en la boca, a la viscosidad, peso y grosor con que es percibido en la lengua. Esta característica está relacionada con los aceites y las sustancias que se extraen durante el tratamiento del grano. Puede oscilar de ligero a fuerte o intenso.
Sabor
Se refiere a la impresión general de aroma, acidez y cuerpo. La acidez, el aroma y el cuerpo dan forma al sabor del café. Es la relación entre estos tres factores la que hace un determinado café más o menos agradable. Las características típicas del sabor son: riqueza, gama, complejidad y balance.
La riqueza describe una plenitud interesante y satisfactoria. La gama se refiere a la concentración de las notas distintivas en relación con la complejidad y ésta se refiere a las posibilidades del café que se revelan en distintos momentos de la degustación con una sensación final de equilibrio. El balance es otro término difícil, debe tener suficiente complejidad sin que una característica abrume a las demás.
Retrogusto o Postgusto
El final o retrogusto es un término relativamente nuevo en la cata de café. Traído por los conocedores del vino, en él se describe la sensación inmediata después que el café es tragado. Algunos cafés se desarrollan al final, cambiando de manera agradable.