En la industria del café, el concepto «craft» se refiere a la producción artesanal y cuidadosa de café, donde se presta especial atención a cada etapa del proceso, desde la selección de los granos hasta la elaboración final de la bebida. En una fábrica que comercializa café con enfoque «craft», se busca destacar la calidad, autenticidad y la experiencia única en cada taza.

 

Estas operaciones se distinguen por su compromiso con técnicas especializadas, la atención a los detalles y, a menudo, el uso de métodos de tostado personalizados. Los fabricantes de café craft suelen colaborar estrechamente con productores de café de origen, seleccionando granos de alta calidad y favoreciendo prácticas sostenibles.

La idea es crear un producto final que no solo sea delicioso, sino que también cuente una historia, transmitiendo la pasión y dedicación involucradas en su producción.

En resumen, en una fábrica de café con enfoque «craft», se valora la artesanía, la calidad excepcional y la conexión con la tradición, lo que resulta en una experiencia sensorial única para los amantes del café.

NUESTRA HISTORIA

Tostamos y vendemos café desde 1917

Empresa familiar, cercana y tradicional, donde la historia ha dejado huellas imborrables que nos hacen llevar El Tostadero por bandera. El primer dueño y fundador fue el Sr. Vicente Nerín Rami, proyecto que continuó con su siguiente generación, su hijo, Sr. Mariano Nerín Aused.  Se sitúa el tostador de café por aquel entonces en la calle de San Lorenzo y tienda de café en la calle Azoque.  Nerín, en un alarde de ingenio, aprovechó un anuncio de televisión en los años 60 para bautizar su negocio de café, obteniendo publicidad gratuita cada vez que aparecía dicho anuncio en radio o televisión.

Poco después, nace nuestro logo. Parte de una idea creativa e inspiradora basada en una veleta de la Iglesia de San Vicente Mártir de Roda de Isábena, en Huesca, declarada Monumento Nacional. Dicha veleta se asemeja a un diablillo y nuestro querido protagonista paseando, al ver la veleta, imaginó nuestro actual diablo tostador, el cual fue diseñado por un compañero de clase con dotes para el dibujo.

En los 70, tomó el relevo nuestro querido D. Jesús Pescador, que con la colaboración del entrañable D. Antonio Carballo y gran trabajo de ambos, pusieron en valor El Tostadero en la hostelería Zaragozana como producto artesano y de calidad.

Posteriormente, en 1989, la compañía fue adquirida por la familia Gutiérrez, que desde los valores de D. Antonio Gutiérrez y Josefa Ordoñez (trabajo, constancia, humildad, respeto a toda la cadena de valor, y cercanía al cliente) han llevado al Tostadero, a ser una de las marcas líderes y más valoradas de Aragón.